domingo, 2 de enero de 2011

72. El rey mago marciano

Querido rey mago marciano, te sorprenderá sin duda que acuda a ti siendo yo terrícola, pero en seguida vas a entender que lo que te voy a pedir no puedo encargárselo a los sospechosos habituales. Se trata, ni más ni menos, de que tu planeta asuma temporalmente el dominio de la Tierra, ya sabes, tipo despotismo ilustrado marciano, o sea, todo para los terrestres pero sin los terrestres, y si por alguna de aquellas me dices que es imposible sin contar con el apoyo local, aquí me tienes: prometo serviros a los marcianos como virrey sensato y ocasionalmente corrupto.
Sin dudar en absoluto de vuestra sabiduría marciana y, aparte de la idea del virreinato, tengo una serie de recomendaciones que os pueden allanar el camino para la conquista y mejora de mi planeta.
En primer lugar eliminad a gran parte de la humanidad, no de forma cruenta, por favor, basta con algún virus refinado que se transmita a través de la televisión o de los bollycaos y que desintegre por completo al incauto humano que tenga la desdicha de probarlo. La selección corre de vuestra cuenta siempre y cuando no toquéis a nadie de mi familia, a mi chica, amistades, gente cercana y tolerable en general, y al del horno de la esquina, que aunque no lo conozco le sale el pan del copón: eso sí, obligadle a que abra todos los días.
Respecto a algunos encargos personales, dispongo de una pequeña lista negra de recomendable cumplimiento. Son poco menos de medio centenar, no hay que alarmarse, pero como futuro virrey os estaría la mar de agradecido.
En segundo lugar, encerrad a todos los Místers Importantes de turno en una isla y dejadlos solos; con esta sabia medida los inutilizaréis por completo, primero porque sin grey ni dinero que gastar son unos inútiles, y segundo porque estarán todo el día peleándose buscando a alguien sobre quien mandar.
En tercer lugar, querido monarca y mago marciano, no estaría de más que agilizarais la justicia. Me da igual que la sigan administrando los humanos, unas máquinas o ínclitos juristas marcianos; basta con que funcione, sea ágil, barata y comprensible. O sea, que tendréis que fiscalizar el poder judicial por completo. Las penas tampoco han de ser demasiado duras, ya sé que sois gente civilizada y que no hace falta que os hable de la proporcionalidad de la pena con el delito, pero dejad claro que el sistema no sólo vale para reinsertar, que también, sino para que pague quien la cague.
En cuarto lugar, los políticos pueden seguir; total, ya están acostumbrados a hacer el paripé y a jugar a ser sesudos y responsables gobernantes, cuando en realidad nos mal gobiernan los mercados. Se trata simplemente de sustituir a los Místers Importantes por vuestras eminencias marcianas. Lo que sí voy a pediros respecto a los politiquillos es que seamos nosotros, el pueblo puteado, quienes regulemos sus sueldos y prebendas. Se acabarán las jubilaciones ostentosas y blindadas, las mezcolanzas de sueldos y compensaciones desorbitadas, las pocas horas de trabajo y las muchas de asueto con dinero constante y sonante en los bolsillos. También se limitarán los mandatos y representaciones, siendo 12 años más que suficientes para desarrollar cualquier tipo de carrera y cargo en política.
De momento, nada más, querido rey, si falla algo lo arregláis vosotros que para eso contáis con la tecnología apropiada y tenéis la cabeza más gorda.
Un saludo cordial de vuestro incondicional súbdito terrícola.


PD: si además de esto me queréis hacer un obsequio traedme un platillo volante de fácil manejo y con navegador incorporado.