sábado, 20 de febrero de 2010

28. ¡Valiente sastrecillo!

Me voy percatando de que ser articulista en España es un chollo y no porque cobre por opinar, sino por la prolijidad de los temas. Si un día te despiertas sin ideas sólo hay que encender la televisión o leer el periódico para que algún compatriota te socorra, no sé… que una Universidad permita a los alumnos acabar el examen aunque les pillen copiando; que unos etarras cuelguen fotos suyas en el Facebook, y encima con la camiseta de la selección española de fútbol, o qué sé yo, que el sastrecillo valiente del cuento se encarne en un empresario gallego que quiera salvar a la economía española y a los españoles de una horda de asalariados vagos y pícaros que no quieren trabajar y que, como todo el mundo sabe, son los responsables de esta crisis económica. Y moral, como dijo Rouco Varela; ya sólo he echado de menos la receta semanal de Díaz Ferrán para salvar a España de la crisis, aunque con el dedito de Ánsar a los estudiantes asturianos casi me doy por satisfecho.
En fin, que con tanto médico economista con receta para los males nacionales (sus títulos están homologados por la Universidad Internacional de Anís del Mono), voy a analizar la receta que prescribió para el país Adolfo Domínguez, valiente sastrecillo, también definido como modisto español y estadista aficionado en sus ratos libres
Decía Adolfo el otro día en el Forum Europa Tribuna Galicia –desde luego que con ese nombre podían haber invitado a Chiquito de la Calzada-, que con el despido libre, sin trabas administrativas ni judiciales, se solucionaba el problema del paro y aumentaría la productividad, ya que el trabajador tendría que ganarse cada día su puesto de trabajo. Siguió el sastrecillo y afirmó que la mayoría de bajas por depresión son fraudulentas, abogó por aumentar la edad de jubilación y criticó al Estado del Bienestar “tal y como lo han organizado los europeos y los españoles”. Toma gominola. La mente preclara del sastrecillo no sólo se dedica a solucionar los problemas de España, qué va, también los de los europeos, o sea, que uno puede ir a una tienda del Domínguez este y con los vaqueros, te llevas un plan quinquenal para la economía de tu país, que así se gana cada día su puesto de trabajo el señor Domínguez, solucionándole los problemas a los demás. Llegados a este punto me hago las siguientes preguntas: ¿habrán pagado los asistentes por escucharlo?, ¿daban créditos a los estudiantes universitarios por asistir?, ¿repartían, al menos, foskitos gratis por escuchar al Mr Importante de la Aguja Doblada?
Es curioso. No le oí ni le leí al sastrecillo ninguna crítica contra los empresarios que llegan a partir de las 10 de la mañana al curro; a los que gastan todo lo que ganan en grandes coches y mejores casas en vez de invertirlo en maquinaria o en la formación de sus empleados. Tampoco criticó a las subvenciones que ha dado el Estado a muchas empresas para comprarse ordenadores con acceso a Internet y así modernizarse. Se le debió olvidar al modisto, con tanto paseo por el monte, cine y literatura, porque la gente con talento como él –y con un padre que ya tenía la tienda, claro- se gana su trabajo cada día soltando una chorrada al primero que pasa por su lado. Es el sino de estos mequetrefes: abordar temas serios con ideas prestadas y peor explicadas.
¿Se puede abaratar el despido? Claro, pero que suban el sueldo mínimo interprofesional. ¿Puede retrasarse la jubilación hasta los 67 años? Que acaben antes con las prejubilaciones a los 55. ¿Son responsables los trabajadores, los sindicatos y el Gobierno de España de la crisis actual? ¿Y no lo son también los empresarios, la CEOE, los banqueros y las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos gobernados por socialistas, populares y nacionalistas? ¿Y en qué medida cada uno de ellos? ¿Criticó alguna vez don Adolfo al señor Fraga Iribarne, patrón de su Galicia natal durante muchos años, cuando siendo presidente de la Xunta se hundía el Prestige y el político se ganaba aquel día su trabajo cazando? ¿Deberían haber despedido libremente a Fraga sin trabas administrativas ni judiciales? ¿Y por qué utilizo argumentos racionales contra un tipo que critica el Estado del Bienestar a la europea, cuando él mismo se ha beneficiado de las subvenciones que las Administraciones públicas le han dado?
Vaya a tomarse un nesquik, señor Domínguez, que mientras en Anglolandia atajan la crisis poniéndole reglas al mercado, usted y los de su clan piden herramientas gratis para agrandarse el cortijo.
Ah, se me olvidaba, el modisto, durante su intervención en el citado Fórum, se mostró solidario con Díaz Ferrán, guía de empresarios y moroso de Caja Madrid por 26,5 millones de euros. Y un día más, sigue sin dimitir.