sábado, 17 de abril de 2010

36. Jerarcas españoles

Son otro tipo de Místers Importantes, los que han llegado a la cumbre, a la cúspide de una carrera profesional, bien sea en política, religión, finanzas u otras parcelas o campitos de poder. El adjetivo, en este caso, “españoles”, ya los va definiendo. En un país históricamente improductivo sus clases más altas han sido las principales responsables, y dentro de estas castas los jerarcas españoles fueron y son los máximos ejecutores del aparentar sin hacer nada efectivo. Aznar lo fue, el magistrado Varela –el que lleva la batuta visible para inhabilitar a Garzón- lo es, el cardenal Rouco Varela, también, y así podríamos poner unos cuantos ejemplos más pero creo que ya te estás quedando con la copla.
El caso viene por unas declaraciones de ese hombre de Estado que se dedica a levantarle el dedo a los estudiantes que le insultan. Ése que ha criticado a la Universidad Complutense de Madrid por permitir actos de apoyo a Baltasar Garzón, en vez de, según él, elevar el nivel de enseñanza. Faltaría más que un jerarca español no hablase de la competitividad: no tienen ni idea de lo que es, porque si la hubieran sentido en sus propias carnes no habrían pasado de los escalones inferiores de la sociedad productiva, pero a los españoles nos encanta hablar de lo que desconocemos.
Supongo que el expresidente Aznar no sabe la manera de pedirle a la Complutense que lo fiche como profesor universitario, no de esos que tienen que aprobar unas oposiciones y dedicarle años de su vida a medrar a base de esfuerzo –y en algunos casos de simple peloteo-, faltaría más, que para eso es un jerarca español. Lo que Aznar quiere es una Universidad de Georgetown a unas decenas de kilómetros de su casa, ya sabes, esa universidad estadounidense donde el jerarca se dedica o se dedicaba (no sé si sigue en nómina) a vilipendiar a España, ahora que no gobiernan ellos, durante unas semanas al año a cambio de unos miles de dólares. Pasta gansa y fácil por hacer, precisamente, lo que más les gusta. Así son los jerarcas españoles: después de perder unas elecciones o arruinar a su empresa todavía te convocan para decirte que en realidad ellos lo hicieron bien y fueron los demás los que fallaron, cuando la única misión de un buen jerarca es precisamente ésa, que los demás hagan bien su trabajo.
Quizás Aznar le haya cogido miedo a volar en avión, es comprensible después de lo que le pasó al presidente polaco Lech Kaczynski –otro jerarca conservador y católico, y con eso ya lo digo todo-, que una vez castigó a un piloto de su país por tomar la sabia decisión de aterrizar allí donde era posible y no en el lugar previsto, por el peligro que entrañaba. Típica actuación del jerarca: opinar sin tener ni puta idea y sin querer tenerla. La única excepción ha sido que, por esta vez, el jerarca sí que pagó con sus propios huesos –y con los de sus 96 acompañantes, nunca mueren solos- las consecuencias de sus decisiones, de entrometerse sin tener competencia.
Se notaba que no era español, en este país los jerarcas son mucho más hábiles para evitar las consecuencias de sus decisiones, y si acaso sólo le emborronan el currículum, como ocurrió con los 191 muertos del atentado de Madrid el 11 de marzo de 2004. Un atentado que se perpetró por el apoyo incondicional de Aznar a Bush en la guerra de Irak, algo que nunca se ha dicho en los medios de comunicación pero que todos sabemos. Sólo le achacan que mintió en la autoría, algo cierto, pero insuficiente.
Los jerarcas españoles seguirán su propia dinámica, aquí no ocurrió como en Inglaterra, en el siglo XVII, ni como en Francia, durante el XVIII, cuando les cortaron las cabezas a los jerarcas nacionales por putear más allá de lo razonable a sus súbditos. Allí cayeron hasta las cabezas de los reyes, por eso un jerarca francés o inglés puede ser un incompetente pero rara vez un necio: les basta con mirar de reojo al pasado o que se lo recuerden para que un sudor frío les haga ser más civilizados, menos hijos de puta con sus conciudadanos.
Aquí el jerarca sabe que los españoles somos especialistas en sufrir y aguantar tanto mamoneo.