62. El Tintorro Party
(Carta interceptada por los servicios secretos andorranos)
Estimada marquesa: Ya habrá visto usted desde hace tiempo cómo se la montan los americanos con eso del Tea Party, ya sabe, una peculiar fiesta del té que logrará echar al negro de la Casa Blanca, una institución que, como su propio nombre indica, no está hecha para negros y sí para blancos. Como soy un hombre viajado y culto, pero a la vez católico y cristiano viejo, he decidido traer lo mejor de América hasta nuestra maltratada España, esta nación que viene sufriendo el acoso de los rojos, los maricones y los masones desde hace demasiado tiempo. Una España en la que, para colmo, no gana el Madrid –su equipo de fútbol-, debido a una conjura catalonoarbitral que nos está costando tantos disgustos.
A lo que íbamos, unos amigos y servidor vamos a traernos hasta España el movimiento antes citado, pero como ocurría con el Generalísimo –defendido siempre por nosotros aunque guardando la cautela requerida por los nuevos tiempos-, tendremos que adaptarlo a las saludables costumbres hispanas. Como aquí no bebemos té ni ganas de hacerlo, lo hemos bautizado como El Tintorro Party. Mi cuñado, otro hombre culto y viajado aunque de costumbres algo liberales, nos ha sugerido el nombre. Dice que aúna la modernidad del movimiento estadounidense –Party- con la casta española –El Tintorro-. Lo he dejado estar por no llevarme un disgusto con mi hermana, pero sé que el término se lo ha escuchado al separatista vasco ese de Cuatro, a Iñaki Gabilondo. Pero bien pensado, qué más nos da que sean nuestros propios enemigos quienes nos bauticen, señora marquesa, después de todo hay cierto prestigio en ello.
Voy al grano, estimada, ya sé que su tiempo bien lo vale. Usted ya conoce a muchos de nuestros futuros integrantes. La animan en las tertulias radiofónicas, en varias cadenas de televisión e incluso en alguna gaceta. Y sabe que el apoyo no se limita a esos intelectuales –ejem-, sino que las fuerzas vivas de España también están con usted. No hay más que ver el desfile de las Fuerzas Armadas y la cantidad de vítores que recibió a través de los abucheos a ZP. Gallardón se nos escapó esta vez, pero no se preocupe que ya caerá.
Como trataba de decirle, ya somos legión los seguidores de sus métodos, los aplaudidores de sus excelsas intervenciones. Por ello me place invitarla al Primer Congreso de El Tintorro Party. Allí nos verá a todos, escuchará nuestras propuestas y la vitorearemos como lo que en realidad es usted: la mejor candidata para presidir España. Mi cuñado también quiere que invitemos a Camps, pero eso quería comentárselo a usted primero. No sé, no sé, si tuviera un poquito menos de pluma lo mismo hasta me gustaba, pero hay que atarlo en corto para que no digan que nos estamos ablandando. Al señor Cascos ya lo he invitado; José Mari nos apoya pero no podrá acudir –dijo algo de una Cruzada-, y sí que estarán Mayor Oreja y Alejo Vidal-Quadras –qué gran político si no le hubiera traicionado la voz, en fin, ¡catalán tenía que ser!-.
Poco más, señora marquesa, estaremos encantados de debatir con usted algunas de nuestras propuestas, con la Esperanza de que sea usted misma y no Rajoy quien las lleve acabo desde el Gobierno. Le adelanto que trataremos sobre la cadena perpetua, el cierre de fronteras, la expulsión de musulmanes y gitanos, el blindaje del sistema financiero, el despido libre y masivo así como la bajada de sueldos progresiva (contaremos con las magníficas aportaciones de Díaz Ferrán, ¡si ese hombre no existiera habría que engendrarlo!). También abordaremos la prohibición de la huelga general así como la vuelta del crucifijo allí donde haya cuatro paredes –hasta en los burdeles, si me permite la gracia-.
Esperando contar con su presencia, reciba un patriótico y fraternal abrazo.